LEOPOLDO TARTARINI & EL NACIMIENTO DE ITALJET
Tras la guerra, Leopoldo comenzó a estudiar Arquitectura en Florencia, pero el destino tenía otros planes. La muerte de su padre, tras las lesiones sufridas en una carrera, lo arrastró de vuelta a Bolonia, de vuelta al mundo de las motocicletas y, finalmente, al camino que definiría su vida.
De esta mezcla de talento, tragedia, creatividad y pasión imparable,
Y hoy, décadas después,
LA PRIMERA GRAN VICTORIA
A principios de la década de 1950, la Milán–Tarento Fue más que una carrera, fue una leyenda. Todo motociclista italiano soñaba con conquistarla, y Leopoldo Tartarini no fue la excepción. Inspirándose en todo lo aprendido de su padre, participó en la edición de 1952 con un sidecar que él mismo construyó.
En la línea de salida, los competidores se rieron. Su máquina parecía poco convencional, improvisada, incluso inadecuada para una prueba tan agotadora. Pero Tartarini tenía algo mucho más importante que las apariencias: ingenio, determinación y una comprensión instintiva de cómo una motocicleta debe moverse, respirar y sobrevivir.
Cabalgando junto a su compañero de confianza Sergio CalzaEl joven Tartarini sorprendió a todos. En su primera carrera oficial de motociclismo, no solo terminó, sino que... ganó su categoría, superando a pilotos con mucha más experiencia y maquinaria mucho más prestigiosa.
Fue un momento que marcó el verdadero comienzo de la aventura, revelando el espíritu que un día definiría
UNA NACIÓN SOBRE DOS RUEDAS
Estos fueron los años de la recuperación económica de Italia, una época en la que el país se reconstruía, soñaba y ansiaba libertad. Para toda una generación, el símbolo de esa libertad fue la motocicleta. No una máquina grande y potente, sino la humilde 125cc o 175cc:asequible, práctico y capaz de transformar la vida diaria.
Entre semana, estas motocicletas ligeras transportaban a jóvenes italianos al trabajo. Los domingos, estas mismas motos participaban en las carreras locales, convirtiendo a los pilotos comunes en héroes locales. La motocicleta no era solo un medio de transporte, era identidad, movilidad y una puerta a la posibilidad.
Con tanta gente viviendo sus vidas en estas máquinas livianas, era natural que esta pasión se convirtiera en una gran cultura deportiva nacional, un movimiento que celebraba tanto a las motocicletas como a los motociclistas que las llevaban hasta sus límites.
EL ASCENSO DE UN CAMPEÓN
En 1953 el MotoGiro de Italia Fue creado en Bolonia por el periódico EstadioLeopoldo Tartarini, ahora plenamente comprometido con las carreras, participó en el evento con una Benelli 125 que él mismo preparó.
La victoria tuvo aún más peso porque ocurrió en su ciudad natal. Solo unas semanas después, regresó a la competición por el título. Milán–Tarento, una vez más a los mandos de una Benelli 125 oficial, consiguió otra victoria en su categoría y confirmó su condición de estrella emergente de Bolonia.
La ciudad ahora tenía un jinete al que podía celebrar con orgullo.
ÉXITO EN LA PISTA Y EN LOS NEGOCIOS
Fuera de las carreras, Tartarini fortaleció sus vínculos comerciales con Benelli abriendo el concesionario oficial Benelli para Bolonia en Porta Mazzini. Su presencia en la pista se mantuvo igual de sólida. En la segunda edición del Giro de Italia, volvió a competir con la Benelli 125, ganando su categoría y quedando segundo en la general. Sus resultados lo convirtieron en uno de los pilotos más reconocidos y admirados de Italia.
En la siguiente Milán-Taranto, se enfrentó a una experiencia diferente. Por primera vez, problemas mecánicos lo obligaron a retirarse en las primeras etapas. Fue un recordatorio de que incluso los mejores pilotos y las mejores máquinas se enfrentan a momentos que ponen a prueba su determinación.
LOS AÑOS DUCATI Y UN PUNTO DE VUELTA
En 1955, en la cima de su popularidad, Tartarini dio un paso importante en su carrera al convertirse en piloto oficial y capitán del equipo de carreras Ducati. Para un piloto boloñés, unirse a Ducati era todo un sueño. La fábrica le confió las mejores máquinas desarrolladas por su departamento de carreras, y las expectativas eran altas.
Participó en el MotoGiro de Italia con la Ducati 100, más conocida como "Marianna". Mientras lideraba la clasificación provisional durante la séptima etapa, un accidente lo obligó a retirarse. Las lesiones fueron lo suficientemente graves como para impedirle competir en la Milán-Taranto de ese año.
Mientras tanto, su concesionario también evolucionó. El cartel de Benelli se retiró y fue reemplazado por la marca Ducati que ahora representaba.
Impulsado por la determinación, regresó a la competición al año siguiente e inmediatamente tomó el mando del MotoGiro con la Ducati 125. El destino intervino una vez más. En la sexta etapa sufrió otro violento accidente, precipitándose por un terraplén y sufriendo lesiones que pusieron fin a su temporada de carreras. Los médicos incluso plantearon la posibilidad de que no volviera a caminar.
Meses después, su condición mejoró y la recuperación comenzó lentamente, pero este período marcó un punto de inflexión. Los reveses lo guiarían hacia una nueva etapa que, en última instancia, definiría el futuro del motociclismo italiano.
EL FIN DE UNA ERA Y EL INICIO DE UNA NUEVA VISIÓN
En 1957, Tartarini participó en su último Giro de Italia, esta vez compitiendo en la categoría de 175 km/h. Una vez más, la suerte no le acompañó y se vio obligado a retirarse durante la tercera etapa. Tan solo unos meses después, las carreras en carretera por toda Italia llegaron a un abrupto final tras un trágico accidente en la Mille Miglia. Con la abolición de estos eventos, Tartarini se encontró repentinamente con su...
Sin embargo, esto no le impidió buscar nuevos retos sobre dos ruedas. Aún con contrato con Ducati, quería honrar ese compromiso de forma significativa. Junto con su gran amigo... Giorgio MonettiSe propuso intentar algo que ningún italiano había hecho antes: un viaje en motocicleta alrededor del mundo.
Esta decisión marcó el inicio de un nuevo capítulo extraordinario que influiría en la creación de
LA GIRA MUNDIAL Y UN NUEVO DESTINO
Ducati acogió la idea con entusiasmo, consciente de la enorme publicidad que una expedición de este tipo podría generar. La compañía proporcionó dos Ducati 175 y brindó todo su apoyo. El 30 de septiembre, los dos pilotos partieron de Bolonia, aclamados por la multitud local e incluso recibieron la bendición del cardenal Lercaro, obispo de Bolonia.
Lo que siguió fue casi un año de aventuras por continentes. A lo largo de su viaje, Tartarini y Monetti se enfrentaron a desafíos, peligros y momentos inolvidables. Documentaron todo en una serie de cartas que se publicaron periódicamente en la prensa especializada, cautivando la imaginación de los motociclistas italianos y generando atención nacional.
El 5 de septiembre de 1958, regresaron a Bolonia y recibieron una bienvenida triunfal. Tartarini, ya considerado el motociclista más destacado de Bolonia y uno de los más célebres de Italia, supo que había llegado el momento de transformar su reputación en algo más grande.
La idea tomó forma con claridad. Era hora de convertirse en fabricante de motocicletas y hacer realidad su propia visión.
LA FUNDACIÓN DE UNA NUEVA MARCA
A lo largo de 1959, Tartarini perfeccionó su idea, consiguió las relaciones comerciales necesarias y sentó las bases de su propia empresa. El proyecto se hizo oficial el 4 de febrero de 1960, cuando... Italemmezeta fue fundada en Bolonia con el objetivo declarado de “construir e importar motocicletas y ciclomotores”.
El primer taller operativo se instaló en un semisótano de la Via del Piombo, mientras que las oficinas registradas y administrativas se ubicaban en la Via Ugo Bassi. Desde el principio, la empresa se centró en la fabricación de sus propias máquinas en lugar de importar motocicletas completas. Las primeras creaciones de Italemmezeta utilizaban motores de 125 cc suministrados por el fabricante de Alemania del Este. MZ (Motorradwerke Zschopau), marcando el inicio de un viaje de ingeniería independiente que pronto evolucionaría hasta convertirse en
UN ENFOQUE VALIENTE HACIA LA INDUSTRIA Y LA INNOVACIÓN
Desde el principio, quedó claro que Tartarini no tenía intención de seguir el camino habitual. Su reputación como corredor y la confianza que le había dado su World Tour le otorgaron una audacia que pocos en la industria poseían. En un momento en que Alemania del Este estaba encerrada tras el Telón de Acero, hizo lo impensable y entabló negociaciones comerciales directas con MZ.
Lo destacable no fue que lo pidiera, sino que lo consiguiera. Fue la primera de varias ocasiones en las que Tartarini logró cerrar acuerdos con fabricantes que nunca antes se habían planteado suministrar motores o componentes a empresas externas. Su determinación, unida a su credibilidad personal, le abrió puertas que estaban cerradas para casi todos los demás.
A pesar de estos logros, su plan para la empresa fue mesurado. Durante las dos primeras décadas, pretendió que Italemmezeta siguiera siendo una empresa semiconstructora, ensamblando motocicletas con motores externos de confianza. El primer motor totalmente de marca y producido bajo su propio nombre no llegaría hasta 1980, pero las bases de la innovación y la independencia ya estaban firmemente establecidas.
EL NACIMIENTO DE LA ITALJET IDENTIDAD
Desde el principio, Tartarini introdujo una característica que definiría cada futuro
Era un ciclomotor deportivo y juvenil con un nombre que no podía ser más apropiado:
En 1964 el Mustango La serie se introdujo con la Mustang SS. Su impacto fue inmediato. A pesar de su pequeño tamaño, la moto poseía un extraordinario nivel de innovación. Contaba con un chasis elevado de doble cuna, nunca antes visto en un ciclomotor, un gran depósito de combustible con dos tapones (uno de los cuales albergaba ingeniosamente el velocímetro), un sillín ligero patentado con un perfil atrevido y un manillar bajo y deportivo. El componente más destacado era el freno delantero: un sistema de doble disco ventilado con cuatro zapatas, un diseño digno de las motos de competición y un estilo que armonizaba con su espíritu de competición.
Este carácter extremo en una máquina tan sencilla hizo del Mustang SS una máquina inolvidable para los jóvenes de la época. El chasis elevado de doble cuna fue una auténtica novedad y posteriormente inspiró incluso a Moto Guzzi, uno de los fabricantes italianos más prestigiosos. A medida que el modelo evolucionó, el depósito y el asiento se rediseñaron para... Mustang Veloce, con una forma que hacía referencia a la popular serie Aermacchi Ala que domina tanto la escena de carretera como la de carreras.
Una vez más, Tartarini usó el estilo para generar aspiraciones. La gama Mustang ofreció a los jóvenes de catorce años una máquina que reflejaba la estética y el espíritu de las motocicletas más grandes de sus hermanos mayores o amigos admirados. Fue una decisión inteligente y deliberada que fortaleció
EXPANSIÓN Y VISIÓN GLOBAL
Durante estos mismos años Tartarini comenzó a impulsar
Conseguir un distribuidor exclusivo en California fue un logro extraordinario para una empresa con apenas cinco años de existencia. Demostró que...
Este período también marcó el inicio de la época más creativa de Tartarini. Los modelos que finalmente llegaron a la producción en serie fueron solo una fracción de lo que se desarrolló en su pequeña pero incansable unidad de investigación y desarrollo. En realidad, ese "departamento" estaba compuesto casi en su totalidad por el propio Tartarini.
LA VAMPIRO 60 Y EL SALTO AL TERRITORIO DE LAS GRANDES MOTOS
A finales de 1965
Pero la creatividad de Tartarini no se limitó a las máquinas de pequeña cilindrada. Continuó trabajando en todo el espectro, desde ciclomotores hasta motocicletas de alto rendimiento. Ese mismo año, en el Salón del Automóvil de Milán, presentó el Grifo 500, propulsado por un motor inglés Triumph.
Para una empresa joven que hasta ahora se había centrado principalmente en máquinas ligeras, el Grifo 500 fue un paso audaz y sin precedentes.
El Grifo 500 marcó un nuevo nivel de ambición.
NEGOCIANDO CON EL TRIUNFO Y EL PODER DE LA VISIÓN DE TARTARINI
La colaboración con Triumph trajo consigo detalles reveladores. En la correspondencia original entre ambas compañías, aparecen solicitudes escritas de Triumph insistiendo en que se elimine toda la marca Triumph de los motores suministrados a...
Esto solo pone de relieve la extraordinaria determinación que impulsó el enfoque de Tartarini. Su combinación de confianza, audacia estratégica y lo que muchos describieron como una especie de «locura lúcida» alcanzó su punto álgido durante estas negociaciones. Las mismas cartas lo muestran confirmando planes de producción para miles de unidades, cifras que superaban con creces la capacidad real de fabricación, la red comercial o la estructura de servicios.
Triumph, que ya empezaba a sentir la presión de la creciente competencia japonesa, aceptó la colaboración. Tartarini había logrado romper las defensas de una orgullosa industria británica en un momento vulnerable, consiguiendo motores que ningún otro fabricante extranjero había podido obtener jamás.
Este episodio es una de las demostraciones más sorprendentes de la capacidad de Tartarini para modificar las circunstancias mediante pura convicción y visión.
EL PROYECTO ARIEL Y OTRO PASO HACIA LA INDUSTRIA BRITÁNICA
Durante este período
Aun así, el intento es
ROMPIENDO BARRERAS EN LAS COLABORACIONES DE EUROPA DEL ESTE
En medio de la intensa actividad de 1965,
Una vez más, logró penetrar en mercados tradicionalmente cerrados a las marcas extranjeras. La relación con Jawa–CZ resultó muy productiva y se prolongó durante varios años. A finales de la década de 1960, entre 1969 y 1971, Tartarini amplió aún más esta colaboración al convertirse en el importador oficial italiano de la gama de motocross CZ, una línea de motocicletas que había cosechado innumerables victorias a nivel internacional.
Este período reforzó
PROTOTIPOS PARA OTRAS MARCAS Y EL AUGE DE TARTARINI COMO DISEÑADOR
En 1966
En la segunda mitad de la década de 1970, esta colaboración se volvió especialmente significativa. La influencia de Tartarini en el diseño se hizo tan fuerte que a menudo se referían a él como El estilista de DucatiDesempeñó un papel clave en la transformación de modelos que habían tenido dificultades para atraer el interés del público, como la gama de motores bicilíndricos en paralelo y el 860 GT, dándoles una identidad más deseable y moderna.
Su éxito en este campo consolidó su reputación como uno de los diseñadores de motocicletas más capaces e imaginativos de Italia.
LA REVOLUCIÓN DE LOS VEHÍCULOS BAJOS Y UNA NUEVA IDEA DE LIBERTAD
En 1967
El marco de cuna elevado siguió siendo un sello distintivo
Para aumentar su encanto, se encontraban dos grandes "ojos de dibujos animados" en el frente, inspirados en los gráficos del casco del legendario corredor. Renzo PasoliniLa combinación de creatividad, actitud y diversión accesible entusiasmó a los jóvenes pilotos. La Gò Gò se convirtió en un gran éxito comercial no solo en Italia, sino también en los mercados internacionales.
UN NUEVO NOMBRE, UN ALCANCE MÁS AMPLIO Y UNA EXPLOSIÓN DE IDEAS
Como
Para entonces, la larga relación con MZ había llegado a su fin. En 1967, la empresa adoptó oficialmente el nombre.
Sin embargo, la imaginación de Tartarini nunca se detuvo. En 1968
Que Tartarini haya inventado o no este tipo de vehículo no es la cuestión central. Lo que importa es que fue el primero en Italia en convertir el concepto en un producto industrial real y hacerlo ampliamente accesible.
Ese mismo año se demostró
La originalidad del Grifon proviene de
LAS FORTALEZAS Y LOS LÍMITES DEL GRIFO
El chasis del Grifon era excepcional, muy superior a muchos de sus rivales y reflejaba claramente
El resultado fue una motocicleta con un manejo excelente, ligera y ágil, y con una identidad visual impactante, pero con limitaciones mecánicas. La producción fue limitada, lo que elevó su precio de venta al público al de los modelos de producción en masa de fabricantes más grandes.
En los próximos años
LA ASOCIACIÓN CON FLOYD CLYMER Y EL PROYECTO INDIO
En 1968
La escala del proyecto coincidía con el tamaño del mercado estadounidense. Clymer compartía el mismo espíritu audaz y poco convencional que Tartarini, pero a menudo avanzaba con un entusiasmo que superaba sus posibilidades económicas y físicas. Antes de acercarse...
Después de ver
MINIBICICLETAS, MAXIBICICLETAS Y UNA OLA DE PROTOTIPOS
En los años siguientes, Tartarini produjo una amplia gama de modelos para Floyd Clymer, desde minimotos hasta máquinas de gran cilindrada. Las maximotos estaban equipadas con Velocette 500 y Royal Enfield 750 motores, y
A pesar del ambicioso alcance de los modelos más grandes, fueron las minimotos las que alcanzaron un éxito comercial inmediato y significativo. Capturaron el espíritu del mercado estadounidense y se convirtieron en el resultado más reconocible de la colaboración. Las maximotos, en cambio, se enfrentaron a diversos desafíos técnicos y logísticos y finalmente se produjeron en cantidades muy limitadas.
Aun así, este período demostró
EL FIN DE LA ERA CLYMER Y EL ÉXITO DE LAS MINIBICICLETAS
La repentina muerte de Clymer a principios de la década de 1970 supuso un cambio abrupto en el rumbo de la sociedad. Quienes se hicieron cargo de su negocio detuvieron de inmediato todos los planes para motocicletas de gran cilindrada, cerrando la puerta a proyectos más ambiciosos con grandes motores británicos.
Sin embargo, las minimotos siguieron prosperando. Las ventas se mantuvieron fuertes hasta mediados de los setenta, impulsadas por
Este período marcó el final de un capítulo pero confirmó el sólido éxito de
ESPECIALES DE CARRERAS, NUEVOS SEGMENTOS E INNOVACIONES INUSUALES
De vuelta en Italia,
Tartarini también exploró el mercado de cilindrada media con modelos impulsados por el Jawa 350 motor bicilíndrico, expandible
Igualmente poco convencional fue su trabajo en un Ski-Bob Concepto, no vinculado al motociclismo, pero sí con la velocidad y el control. Equipó el prototipo con un sistema de suspensión delantera y un carenado aerodinámico, lo que permitió al equipo suizo encargado del proyecto dominar todas las competiciones en las que participaba.
Este período demostró cuán ampliamente
EL CENTRO DE VELOCIDAD Y EL NACIMIENTO DE LAS LEYENDAS DEL MINICROSS
El año 1968 se cerró con la inauguración de la Centro de velocidad, que la revista Motociclismo Descrito como "el paraíso de los motociclistas italianos". Inspirado en un concepto estadounidense y de carácter totalmente comercial, era algo completamente nuevo para Italia y probablemente también para Europa. El Speed Center funcionaba como una tienda departamental dedicada exclusivamente al motociclismo: motos de gran cilindrada, motos de competición, la más amplia selección de accesorios, piezas especializadas y ropa de moto. Más de mil artículos estaban disponibles bajo un mismo techo. El éxito fue inmediato, atrayendo a entusiastas de todo el país que viajaban largas distancias para visitarlo y comprar.
En 1969
El avance fue simple pero brillante. No eran juguetes. Eran auténticas motocicletas de motocross a escala reducida que crecían en tamaño, rendimiento y capacidad a medida que sus jóvenes pilotos se desarrollaban. Permitieron a los niños aprender, progresar y competir, y se convirtieron en el punto de partida para futuros campeones en múltiples países. Pilotos que compitieron por primera vez en
En este sector
RÉCORDS MUNDIALES DE VELOCIDAD Y PUBLICIDAD NO CONVENCIONAL
A finales de año, en el circuito de Monza, Tartarini marcó personalmente varios Récords mundiales de velocidad Utilizando un coche-ciclo de tres ruedas de su propio diseño. La máquina contaba con dos ruedas directrices delanteras y una rueda trasera motriz, impulsada por un motor refrigerado por líquido. CZ 250 Motor. La fuerte lluvia le impidió completar el programa completo de intentos de récord, pero los resultados que logró fueron aún significativos.
La elección de competir en una categoría prácticamente desconocida en Italia, cuyos récords se remontan a muchos años atrás, en el Reino Unido, reflejó la singular filosofía promocional de Tartarini. Su objetivo siempre fue generar el máximo impacto posible con el mínimo coste económico, utilizando métodos audaces, poco convencionales y llamativos en lugar de la publicidad tradicional.
El intento de récord de Monza encarnó esto perfectamente: un experimento técnico audaz, un truco que atrajo los titulares y una poderosa declaración de intenciones.
Publicidad audaz, nuevas ideas y nuevas fronteras (1968-1970)
En estos años
En 1970
La asociación con Yamaha y el auge del Buccaneer (1970-1973)
En 1970
Asociarse con un fabricante campeón del mundo como Yamaha fue un gran logro en un momento en el que las motocicletas extranjeras luchaban por ganar terreno en Italia.
Mientras
El dominio de los Buccaneers y la transición hacia el todoterreno (1973-1978)
El Bucanero Entró en competición en 1973 y transformó inmediatamente la categoría Junior 125. Aermacchi, hasta entonces la potencia indiscutible, quedó repentinamente obsoleta.
La Buccaneer de carretera continuó evolucionando con nuevas actualizaciones técnicas que la mantuvieron en la cima de su categoría. Su exitosa trayectoria duró ocho años, y terminó no por una debilidad del modelo, sino porque los jóvenes pilotos de finales de los 70 cambiaron su interés hacia las máquinas todoterreno. Aun así, la Buccaneer sigue siendo la más exitosa.
Tras finalizar la colaboración con Yamaha, Tartarini actuó con rapidez para conseguir un nuevo aliado comercial. En 1977 firmó un acuerdo con Bultaco Importar y distribuir sus motos todoterreno en Italia, reconociendo la evolución del mercado y sin perder de vista la creciente tendencia todoterreno. Para gestionar esta nueva aventura, se creó una empresa especializada: Sun International.
Pack-A-Way, nuevos modelos experimentales y Italjet Entrada en los juicios (1978-1982)
En 1978
El modelo evolucionó hasta convertirse en el Paquete 2 En 1982, ahora con la mecánica del Piaggio Ciao. Este fue un hito importante: Piaggio nunca había suministrado motores a ningún otro fabricante. El Pack se popularizó rápidamente entre los propietarios de embarcaciones e incluso se incluyó como equipamiento de serie en algunas. Permaneció en
Utilizando la mecánica del Piaggio Ape, Tartarini creó el Guardabosque, un triciclo con dos grandes ruedas traseras motrices y un tren delantero ligero: el primer vehículo de este tipo comercializado en Italia. Su sucesor, el de dos ruedas, fue el Patrón, llegó poco después con un motor Honda Italia 125 de cuatro tiempos, demostrando una vez más que incluso el mayor fabricante del mundo confiaba
Muchas de estas ideas poco convencionales se inspiraron en conceptos japoneses. Desde finales de la década de 1960, Tartarini visitaba regularmente el Salón del Automóvil de Tokio y estudiaba con atención las publicaciones japonesas, reelaborando esas ideas con su propia sensibilidad de diseño para crear vehículos únicos para el mercado italiano.
Para 1979
La medida aseguró un futuro para los clientes de Bultaco y marcó
Italjet El avance de 's en ensayos y sus primeros motores internos (1980-1981)
La primera
El año siguiente
Subtítulo
Aumento de los ensayos y la llegada de Tiffany (principios de la década de 1980-1984)
Aumento de los ensayos y la llegada de Tiffany (principios de la década de 1980-1984)
En 1984 la empresa introdujo el Tiffany, un ciclomotor de ruedas altas distribuido por Yamaha Europa y equipado con la misma mecánica Piaggio Ciao utilizada en el Pack. Inspirada en las motocicletas de posguerra, la marca Tiffany...
La era del scooter y el regreso del Grifon (1988-1999)
En 1988
Sin embargo, la pasión de Tartarini por las motocicletas nunca se desvaneció. En el Salón del Automóvil de Milán de 1999, presentó la Grifon 900Una impactante moto naked impulsada por un motor Triumph de tres cilindros. El público y la prensa respondieron con entusiasmo unánime. Fue otro momento clásico de Tartarini: diseño audaz, un concepto atrevido y, una vez más, la exitosa colaboración de un prestigioso fabricante británico en una nueva ola de éxito.
Bicicletas eléctricas, innovación moderna y el regreso global del dragster (década de 2010-actualidad)
Durante la última década
A través de una importante inversión en Investigación & Desarrollo, la empresa continúa apostando por la calidad total y soluciones de ingeniería originales.
Desde su base en Castel Gu
Un hito importante llegó en 2018 con el relanzamiento de la DragsterEl prototipo presentado en EICMA 2018 se convirtió en un fenómeno global instantáneo, seguido de miles de reservas antes del modelo de producción final en 2019. Desde su renacimiento, el Dragster se ha convertido en